Historias de familias hispanas

“A Maria No le Gusta mi Leche”


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“¡Mi hijo de cuatro meses está despierto la mitad de la noche!”

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“Durmiendo como un bebé o ¿no?”

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“Jugaré con mi bebé cuando él pueda jugar a la pelota”

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“¡No sé qué hacer cuando mi bebé sigue llorando!”


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 “¡A María no le gusta mi leche!” declara la joven madre. “No debe ser lo suficientemente buena para ella. Creo que es tiempo de darle fórmula.”

Sus palabras,  sorprenden a la enfermera de la clínica. María, con cuatro semanas de vida, había recuperado su peso de nacimiento ; en tan sólo diez días y estaba creciendo velozmente, ganando una onza ( 30 gramos) por día. La enfermera nota, al ver a María;  que sus mejillas se están empezando a llenar  y que está ensuciando sus pañales cada vez más. ¿Por qué piensa su madre,  que la lactancia va mal?

“Ella no luce satisfecha con mi leche” , explica la madre de María. Después de un profundo suspiro, esta joven madre agrega: “y parece estar más fastidiada y molesta, esta semana”.

Cuando fue con la bebé a las dos semanas para pesarla, la enfermera le había dicho que todo iba bien con la lactancia. La bebé estaba prendiéndose muy bien del pecho y se podía escuchar como tragaba la leche. El papá llevaba un registro cuidadoso de pañales mojados y con heces. Sinembargo,  la mamá de María; se está dando cuenta de algunos comportamientos no relacionados con la alimentación , que la preocupan y le hacen pensar, que tiene una producción insuficiente de leche materna.

Las investigaciones sobre la lactancia materna,  nos demuestran que las preocupaciones de esta madre son comunes. Estas investigaciones muestran, que una madre vigilará de cerca a su bebé; para observar si permanece en un estado de alerta y para ello, la mirará profundamente a los ojos. Así podrá saber, si es capaz de calmar a su bebé con eficacia o si por el contrario su bebé está irritable o difícil de consolar.

La enfermera comprende las necesidades de la madre, por lo que la afianza y le comenta con entusiasmo, “¡Tu bebé se ve tan feliz contigo!. Cuando hablas con tu bebé, se le relaja la frente, sus ojos se abren y las cejas suben.” Un momento más tarde, continúa :  “cuando le hablas, ella levanta la cara hacia tí y mueve sus brazos en círculos suaves sobre su cabeza- casi como si estuviera bailando contigo”. 

Entonces la enfermera invita a la madre, para que vea a María jugar; con algunos juegos infantiles. La joven madre sonríe y le entrega su bebé a la enfermera. La enfermera la balancea suavemente , para llevarla a un estado en el que se encuentre;  lo más atenta posible : el “Estado de Alerta.” Los ojos de la bebé se abren y mira fijamente al cascabel rojo,  que sostiene la enfermera a unos 20cm de su cara. A medida que la enfermera mueve lentamente el cascabel, los ojos de la bebé siguen con atención el juguete; de un lado al otro. La mamá se sonríe y dice “creo que es muy inteligente”.

Mientras carga a María cerca de la cara de su madre, la enfermera la alienta a que llame por su nombre; a la bebé. Al principio, cuando escucha la voz de su madre; se queda quieta y luego sus ojos parecen moverse hacia su madre.  La madre está encantada, al ver que su hija mueve la cabeza; hacia la dirección donde ella se encuentra y luego se da cuenta, cómo sus ojos se encuentran con los suyos, en una mirada entrañable. Con una gran sonrisa, la mamá de María; la toma en sus brazos y acurruca su cabeza en su cuello. Seguidamente, la madre se lleva una de sus manos a uno de sus pechos;  para suprimir la inesperada bajada de leche.

Después de haber aprendido más acerca de las maravillosas habilidades de María, su madre parece relajarse. Ahora es más fácil para ella, escuchar los comentarios tranquilizadores de la enfermera; mientras discuten comportamientos en los cuales, la  bebé se muestra inquieta. Ahora comprende, que éstos son normales; que comienzan alrededor de las dos semanas de vida y sabe cómo ayudar a su bebé a calmarse, cuando sucedan. 

Tres meses más tarde, la mamá de María es una estrella de la lactancia materna y un buen apoyo para las otras madres. Una tarde, visita la clase de lactancia que enseña la enfermera que la apoyo a ella y allí comparte su experiencia, en cuanto a los desafíos y alegrías de la lactancia materna. Abrazando a su bebé,  comentó “¡No sólo cuenten los pañales mojados y sucios. Conozcan las increíbles habilidades del desarrollo de su recién nacido, para que puedan saber a ciencia cierta; que la leche materna es perfecta y suficiente para sus bebés!”


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